La detección de pequeños orificios en los muebles de tu casa puede ser un aviso de algo bastante preocupante. Posiblemente haya insectos que se estén alimentando de la madera, siendo muy probable que se trate de carcoma.
Hay que aclarar que no se trata de una especie concreta de insecto, ya que en realidad se trata del nombre común que se emplea para referirnos a las larvas de una serie de insectos, que por lo general suelen ser los escarabajos, no confundir con las termitas. Dichas larvas, a medida que van comiendo la madera, forman una especie de galerías que una vez que alcancen la edad adulta la acaban abandonando. En cualquier caso, cuando llegue el momento de depositar los huevos buscará uno de estos túneles que le permitirá comenzar un nuevo ciclo.
Estos insectos realizan un trabajo muy discreto, que pasa desapercibido. Pueden estar entre 2 y 5 años debilitando cualquier superficie de madera hasta que detectamos su presencia. Con mucha frecuencia se recurre al término polilla de la madera para referirse a la carcoma, pero en realidad la polilla solo es un tipo de carcoma.
Las diferentes clases de carcoma que existen
Hay varios tipos de larvas de insectos que suelen alimentarse de la madera. Los más frecuentes suelen ser las larvas de la carcoma común, que miden entre 0,6 y 1,2 centímetros, y presentan un aspecto curvado y blanquecino con pelos muy finos. Los adultos cuentan con un tono más oscuro y sus dimensiones rondan entre los 3 y 5 milímetros. El aserrín o detritus que deja atrás es granulado y alargado, con unos orificios de salida de 1,5 milímetros de diámetro.
Se trata del tipo de carcoma más frecuente que se encuentra en muebles, pero también en el parquet, marcos de puertas y ventanas, así como en pequeños elementos de madera.
Un tamaño más reducido al de la carcoma común es el que presenta la carcoma del parquet. Su cuerpo es blanquecino, con tres pares de patas de reducidas dimensiones, y el detritus que genera es granulado y redondeado, muy similar al de la harina. Por su parte, los huecos que forma tienen unos 3 milímetros de diámetro.
Por último, hay que detenerse en la carcoma grande, también conocida como bicho taladro o polilla de la madera. Presenta un aspecto blanquecino, con antenas alargadas y anillos bien definidos. Los adultos llegan a adquirir un tamaño de hasta 2,5 centímetros, con un color más negro y antenas largas y finas. Suelen atacar sobre todo en maderas coníferas ya secas, y el daño que provocan resulta mucho mayor que el de cualquier otra clase de carcoma.
Los identificarás fácilmente por su aspecto, pero también por las galerías ovaladas, de entre 6 y 10 milímetros, y el aserrín de forma cilíndrica.
Cómo se detecta la carcoma
Hay una serie de detalles que acaban delatando a la carcoma. El principal suele ser la aparición de orificios en la madera. Al convertirse en adulto sale al exterior dejando unos agujeros de salida bastante reducidos, que pueden ser de 2 o 3 milímetros, siendo inapreciables en algunos casos. No obstante, alguna especie llega a dejar huecos de hasta 10 milímetros.
El segundo factor que confirma la presencia de la carcoma es la quera, también conocida como aserrín o detritus, que son los restos que deja una vez perforada la madera.
También habría que tener en cuenta los sonidos que emiten desde dentro de la madera, que son menos pronunciados que los de las termitas. Su identificación resulta bastante complicada debido a que no sale al exterior hasta que no llega a la edad adulta.
La prevención de la carcoma
La carcoma puede aparecer en cualquier casa. Sin embargo, sí que existen una serie de prácticas preventivas que ayudarán a que nuestros muebles no se vean afectados por estos insectos.
- Evitar la humedad en interiores: para ello se hace necesario ventilar la vivienda con regularidad y tratar de arreglar los problemas de humedades cuando surjan. Suelen encontrar mucha comodidad en la madera con altos niveles de humedad.
- Utilizar artículos anticarcoma: en el mercado encontramos productos especializados que proporcionan protección ante los insectos. Merece la pena invertir en ello si con ellos nos evitamos el problema de la carcoma.
- Cuidado con la compra de muebles: antes de hacerte con mobiliario de madera, sobre todo de segunda mano, o incluso algún tipo de objeto de este material, revísalo en profundidad para dar con posibles señales que indiquen la presencia de estos insectos. Siempre existe el riesgo de que seamos nosotros mismos los que llevemos el problema a casa.
Cómo acabar con la carcoma
Si llegado el momento apreciamos carcoma en casa debemos actuar con cierta inmediatez. En el caso de que el problema sea excesivamente grande, con las clásicas señales de agujeros y aserrín por toda la vivienda, habría que olvidarse de las soluciones puntuales y buscar una empresa de gestión de plagas o directamente deshacerse del mobiliario afectado.
Por su parte, cuando se trate de algo puntual, sí que existe la posibilidad de que nosotros lo arreglemos por nuestra cuenta.
Con la ayuda de productos matacarcomas podríamos acabar con la carcoma, y los pasos a dar serían los siguientes:
- Cuando el mueble dañado cuente con algún tipo de acabado, ya sea barniz o pintura, será preciso decaparlo para eliminar dicho acabado.
- Una vez que la madera esté limpia será el momento de echar el tratamiento matacarcoma. Suele aplicarse a través de un pulverizador o con brocha. Al margen del método, lo realmente importante es que esta solución llegue a todos los rincones en donde sospeches que pueda haber estos insectos.
- Deja que el producto penetre en la madera y comprueba los tiempos de secados que recomienda el fabricante.
Hay otros remedios caseros que pueden ayudarnos en nuestro objetivo de acabar con la carcoma. El frío no les sienta especialmente bien, así que si tenemos a nuestro alcance una nevera industrial podemos almacenar en ella el mueble afectado a una temperatura de 5 grados. La otra posibilidad pasa por usar como cebos bellotas envueltas en telas. Se colocan en los meses cálidos del año y su olor conseguirá atraer al insecto para que deposite ahí sus huevos y no en la madera.