Diferencias entre lacar y pintar muebles

Diferencias entre lacar y pintar muebles

Aunque en muchas ocasiones se utilicen como sinónimos, lacar no es lo mismo que pintar. De hecho, para comprobar que se tratan de técnicas totalmente distintas tan solo hay que reparar en los resultados y en el proceso que implica. Es cierto que cada vez más gente se atreve a ponerse manos a la obra hasta el punto de obtener un acabado profesional.

Pero para entender un poco mejor estos conceptos tendremos que profundizar en sus técnicas. Lacar muebles supone la aplicación de laca o esmalte. Debido a las características tan particulares de este producto, esta labor resultará más compleja en comparación con la aplicación de pintura.

El lacado exige de unos conocimientos sobre los materiales a emplear, los tiempos de secado y las técnicas de trabajo más adecuadas. De ahí que en ocasiones no resulte tan sencillo para los principiantes en el mundo del bricolaje.

En este sentido, la preparación previa al lacado resulta trascendental. Habrá que reparar en varios pasos y aplicar productos de imprimación para que la textura de la madera quede sin imperfecciones y lisa. Una vez así será cuando pueda procederse con el lacado. Si lo que pretendes es conseguir el acabado más perfecto, lo mejor es que te decantes por utilizar la pistola. Con ella conseguirás una cubrición perfecta sin marcas, con una textura lisa y sin irregularidades.

Puedes tener la garantía de que obtendrás un resultado excelente, que se mantendrá en el tiempo y que te resultará muy fácil de limpiar y mantener.

Por su parte, cuando decidimos pintar muebles lo que realizamos es aplicar pintura. Esto también requiere de un proceso de lijado además de una imprimación. El pintado puede hacerse con pistola, rodillo o brocha, aunque el acabado que se obtenga no será tan perfecto como el lacado. Comprobarás como la textura será más rugosa y sin tanto brillo, además de encontrar alguna marca fruto del trabajo con este material.

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Tiene el inconveniente de que nos durará menos que el lacado, sobre todo cuando la pintura no cuente con la suficiente calidad. Con el paso del tiempo se irá deteriorando y ensuciando con más facilidad, resultando más complejo su mantenimiento.

Por lo tanto, la gran diferencia que existe entre estas dos técnicas la encontramos en el acabado, algo que se puede apreciar a simple vista. La textura, el brillo y el nivel de calidad serán mucho más apreciables con el lacado.

¿Esmalte o laca? ¿Cuál es mejor?

Siempre surgen dudas sobre cuál es la solución más adecuada para conservar en buen estado nuestros muebles. El esmalte es un plástico que se aplica de manera líquida sobre la superficie y permite obtener un acabado mate o brillo. Este tipo de pinturas consiguen un secado rápido y no desprenden demasiado olor, aunque quizás no resulte lo más conveniente cuando tenga que exponerse a elevadas temperaturas o productos de limpieza demasiado abrasivos.

El empleo de este material da como resultado una película lisa y resistente, sobre todo en muebles y carpintería de interior.

Con la laca, por su parte, conseguiremos una superficie lisa y brillante, destacando sobre todo por su rapidez de secado. A diferencia de otras pinturas, permitirá que la madera presente un mejor estado durante mucho más tiempo. Es posible aplicarla con un rodillo, aunque si deseamos un acabado suave y sin imperfecciones, lo aconsejable sería recurrir a la pistola o pulverizador. Se utiliza sobre todo en mobiliario de interior, como pueden ser las puertas de paso y muebles de cocina. Cuenta con una gran resistencia a golpes y arañazos.

Resulta complicado decidir cuál de las dos opciones planteadas es más conveniente. Todo dependerá de lo que busques, pero la laca te proporcionará unos resultados espectaculares.

Diferencias entre lacar y pintar muebles

Qué función cumple la laca

Al lacar muebles lo que tratamos de conseguir es que el mobiliario cuente con una mayor protección, además de otorgarle un cierto estilo. Por lo tanto tiene capacidad para garantizar la resistencia sin descuidar en ningún instante el diseño.

En carpintería, la laca se ocupa de preservar la madera de la luz solar, humedad y de los posibles cambios de temperatura. Esto se consigue debido a su capacidad para crear una capa protectora que hace que distintos factores externos no alteren la estructura del material.

Pero su poder va más allá de esto, y también se emplea para darle brillo y color a los muebles. Cuenta con pigmentos que le aportan una apariencia distinta a la madera. Con todo esto se puede decir que ayudan a dale un toque único y especial a los muebles.

Al aplicar esta sustancia sobre la madera te darás cuenta de lo limpia que es y del escaso mantenimiento que requiere. Actúa, además, como una barrera de protección contra los hongos e insectos, que en ocasiones pueden convertirse en el principal enemigo del mobiliario.

Pero como acabamos de comprobar su función es múltiple. Contribuirán a mantener la belleza y a ampliar su durabilidad. Además de protegerlos podrás conseguir un toque de brillo y color que le devolverá la vida a esos muebles que necesites tratar. Para que el resultado sea el adecuado, lo aconsejable sería aplicar una laca de calidad que nos permita marcar la diferencia.

¿Cuánto se tarda en lacar un mueble?

El tiempo que se tarda en lacar un mueble estará condicionado a una serie de factores. Entre ellos, el tamaño del mueble, la complejidad del diseño que presente y el tipo de acabado que se busque. El trabajo de lacado se compone de varias fases, en donde pueden incluirse la preparación del mueble, la aplicación de imprimación y las distintas capas de pintura, sin olvidarnos también del pertinente secado y el lijado. Todo esto contribuirá a que tengamos un acabado totalmente regular y suave.

Resulta complicado concretar el tiempo que nos puede llevar cada una de las etapas, ya que pueden verse alteradas en función de una serie de circunstancias o factores ajenos a nosotros.

Una de las primeras tareas consistirá en la preparación del mueble. Hay que limpiarlo en profundidad y lijarlo para que se forme una superficie totalmente lisa. Así resultará más sencillo que la pintura pueda adherirse de forma adecuada. En el caso de que el mobiliario presente zonas de metal, también habrá que realizar la limpieza y lijarlas para acabar con cualquier corrosión.

Diferencias entre lacar y pintar muebles

El estado que presente el mueble también acabará influyendo en los tiempos. Cuanto mejor esté, más ágil se presentará el proceso.

Cuando ya esté preparado será la hora de aplicar la capa de imprimación. Este material hará que la pintura se fije mucho mejor a la superficie y vaya a crear una base uniforme para la capa final de pintura. Habrá que esperar durante unas cuantas horas a que seque antes de ponernos manos a la obra con la pintura.

A partir de ahí habrá que aplicar varias manos de pintura. El número exacto estará condicionado al acabado que busquemos. Hay que dejar que seque bien cada capa antes de aplicar la siguiente, lo que puede prolongarse varias horas.

Cuando estén todas las capas de pintura será la hora de lijarlo. Nos permitirá acabar con cualquier imperfección que pueda presentar la madera, además de facilitar un acabado sin imperfecciones. Nos puede llevar también algunas horas.

Como acabamos de comprobar, hay varios factores que intervienen en este trabajo de lacar muebles. Por lo tanto, el proceso puede ampliarse unos cuantos días.

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